EL HILO
DE CRISTOBAL
Hay otro hilo, el ROJO que según la leyenda japonesa es la relación del destino entre dos personas, donde una de ellas tiene atado el meñique por un hilo rojo invisible que lo conducirá hacia otra persona con la que está predestinada a hacer historia. Este hilo del destino simboliza el interés compartido y la unión de los sentimientos
El HILO nuevamente asoma como parte de otra historia de vida, esta vez del buen amigo Cristóbal Cañete, quien reside en el encuadre 3 de la colonia Maracaná, hoy distrito del departamento Canindeyú. Hasta ahí llegamos con mi amiga Yoanna Kraus, gracias a la gentil invitación de Liz y Edgar, ambos funcionarios del viceministerio de ganadería.
En el mundo de la agricultura, las historias de éxito a menudo surgen de la combinación de dedicación, conocimiento y técnicas innovadoras. Este es el caso de Cristóbal, un productor lechero que ha transformado su vida y la de su familia con prácticas de manejo apropiado de su modesto, pero robusto rebaño, hoy compuesto por una veintena de animales.
Hace menos de un año, ocho vacas producían unos 20 litros de leche al día. Aunque su dedicación y amor por el ganado eran evidentes, la producción no era suficiente para sostener su sueño de ser un productor lechero exitoso. En las temporadas de frío, Cristóbal se veía obligado a buscar maíz, mandioca, sorgo y picarlos para ofrecer una alimentación precaria e insuficiente para sus animales, ya que no contaba con los recursos para comprar balanceado y forrajes. Fue entonces que, fruto de la cooperación técnica de Liz, Edgar y equipo técnico, aprendió a aplicar nuevas técnicas que cambiarían su rumbo.
La clave de su éxito
fue la implementación del pastoreo rotativo, técnica consistente en mover el
ganado de un potrero a otro de manera planificada. Esto permitió a Cristóbal
maximizar la utilización de su pasto y mejorar la salud de sus vacas.
En su propiedad de
10 hectáreas, diseñó potreros de 25 x 100 metros, utilizando UN SIMPLE HILO
para "parcelar" su terreno. Esta estrategia no solo optimizó el uso
del espacio, sino que también facilitó el manejo de su rebaño.
No necesitó gastar
en alambres ni postes, ya que con hilos y ramas logró dividir su propiedad en
potreros. (ver imagen)
Gracias a estas innovaciones, la producción de Cristóbal se disparó a 35 litros diarios. Este aumento no solo representa un logro personal, sino también un claro ejemplo de cómo la implementación de prácticas agrícolas sostenibles puede transformar la realidad de los pequeños productores.
El caso de Cristóbal Cañete puede y debe ser una inspiración para muchos en el sector agrícola y lechero. Su historia y presente nos recuerda que, con creatividad y determinación, es posible superar obstáculos y alcanzar el éxito. Aplicando técnicas innovadoras sencillas, de bajo costo y alto impacto, su producción se basa en:
1. Pastoreo rotativo: moviendo sus vacas de
un potrero a otro de manera sistemática, permitiendo que el pasto en los
potreros descansados se regenere. Con ello logró mejorar la calidad del forraje
y la salud del ganado.
2. Parcelación del terreno: Utilizando un simple hilo, Cristóbal "parceló" su propiedad de 10 hectáreas en potreros de 25 x 100 metros. Esto facilitó el manejo y control del ganado, asegurando que cada grupo de vacas tuviera acceso a pasto fresco.
3. Mejoramiento de la alimentación: Al tener
un acceso más controlado a la hierba, las vacas pudieron alimentarse de forraje
de mejor calidad, lo que se traduce en una mayor producción de leche. Incluso
hoy puede vender a sus vecinos el exceso de pasto.
4. Monitoreo de la salud del ganado: Al tener un rebaño más manejable, Cristóbal pudo prestar más atención a la salud y bienestar de cada vaca, lo que también contribuyó a mejorar la producción.
Fuimos testigos de cómo Cristóbal con sonidos guturales, pero perfectamente interpretados por sus vacas, llamaba al rebaño a ingresar a uno de los potreros, al que volverán a pastar desde la mañana siguiente, recién en 47 días (rotación).
Estas prácticas no solo aumentaron la cantidad de leche producida, sino que también mejoraron la sostenibilidad y la salud general de su operación lechera.
El salto de 20 a 47 litros se traduce en más ingresos (unos 105 mil guaraníes más diarios) y menos gastos, pues Cristóbal ya no necesita salir a comprar alimentos fuera de la finca ni contratar personal para picar maíz, mandioca, etc.
La felicidad y gratitud de Cristóbal era auténtica y genuina que se complementa con el orgullo de reconocer que gracias a estos cambios sus hijos están estudiando y pone énfasis en su hija, próxima a ser enfermera y ejercer en algún hospital público del distrito.
Ese hilo, el de Cristóbal, resume capacitación, aceptación, innovación y una sutil diferencia entre el conocimiento y la ignorancia, entre el asistencialismo y la oportunidad. Cristóbal se mostró agradecido por la visita, pero los gratificados fuimos nosotros al comprobar que con tan poco, se puede ser sujeto y actor del desarrollo.
